El análisis de datos como oportunidad para la electrificación

Pablo Mir-Mobilsafe

La movilidad en España se enfrenta a uno de sus momentos más trascendentales ante la necesidad de ir, paulatinamente, pasando de un modelo basado en los motores de combustión a una movilidad más limpia y eficiente, gracias a la electrificación.

Los vehículos eléctricos conllevan importantes beneficios para las empresas, especialmente en tres áreas. Por un lado, suponen menores costes de explotación para los operadores, un mayor rendimiento de la flota y una reducción del impacto negativo en el medio ambiente. También es importante valorar las ventajas de circulación, ya que estos vehículos quedan exentos de las posibles restricciones de acceso a las grandes ciudades en situaciones de alta contaminación y, en ciudades como Madrid, pueden aparcar sin limitaciones en zonas de estacionamiento regulado. Además, ofrecen ventajas fiscales, debido a la exención en el pago de impuestos de matriculación o de circulación.

A pesar de todas estas ventajas, son muchas las empresas que sienten cierta incertidumbre a la hora de apostar por la electrificación de sus flotas, especialmente en lo que se refiere a la viabilidad de sustituir sus actuales vehículos por otros electrificados sin que ello signifique, a su vez, una pérdida de eficiencia en su flota. La limitación en la autonomía de estos vehículos o la imposibilidad de llevar a cabo recargas de batería durante la jornada laboral son factores que contribuyen a esta incertidumbre.

Para hacer frente a esta situación, el Informe para la Adopción de Vehículos Eléctricos (EVSA), que ofrece Mobilsafe, analiza con precisión qué vehículos de una determinada flota podrían sustituirse en la actualidad por equivalentes electrificados, teniendo en cuenta criterios como el precio de venta al público, el tipo de vehículo electrificado (híbrido enchufable o de batería eléctrica), la capacidad o la autonomía que ofrece su batería, su disponibilidad en el mercado o la velocidad de carga. Una vez tenidos en cuenta todos estos factores, esta herramienta recomienda cuáles son los mejores candidatos para su reemplazo por sus equivalentes eléctricos.

Basándose en esta herramienta EVSA, se presentaron el pasado mes de noviembre los resultados de su Estudio para la Adopción de Vehículos Eléctricos, en el que se analizaron los datos de más de 6.100 vehículos que operan en todas las industrias de nuestro país. Un estudio que reveló, como principal conclusión, que seis de cada diez vehículos de flota en España ya estarían en condiciones de ser sustituidos por modelos eléctricos.

Este estudio ha revelado también que, según el coste total que supone poseer un vehículo durante toda su vida útil, y teniendo en cuenta su mantenimiento y el precio más bajo de la electricidad en comparación con el combustible, el 39% de los vehículos pertenecientes a flotas españolas obtendrían un retorno de inversión favorable con ahorros sustanciales, y que el 58% de los vehículos cuentan con capacidad suficiente en lo que a autonomía se refiere. Esto es, que un automóvil eléctrico podría recorrer la misma ruta que su equivalente actual equipado con motor de combustión sin que fuese necesario llevar a cabo ni una sola carga durante toda la jornada laboral.

La telemática es una herramienta clave para acompañar a las empresas en su transición ecológica, y también resulta muy beneficiosa para aquellas que no pueden afrontar en la actualidad el cambio a la electrificación, bien por el número de kilómetros que llevan a cabo con sus vehículos o porque no cuentan con la infraestructura necesaria para poder afrontar su carga diaria. En este caso, esta tecnología supone una clara ayuda para cumplir sus objetivos de incremento de la eficiencia y de la reducción de consumo de carburante.

En este sentido, la telemática permite a los gestores de flota supervisar en tiempo real cuál es el rendimiento de sus vehículos y conductores para así generar informes que reflejen el impacto de posibles hábitos de conducción poco recomendables -por ejemplo, los acelerones o frenazos bruscos que, además de posibles riesgos de seguridad, también conllevan un incremento en el consumo del vehículo- y la necesidad de diseñar planes de formación específicos para aquellos conductores que lo necesiten.

De la misma forma, contar con tecnología telemática en una flota de vehículos posibilita la detección prematura de posibles averías, algo que puede causar, a su vez, un incremento en los costes de reparación y en una pérdida de eficiencia del vehículo. Y en el caso de flotas de servicio y entrega, el establecimiento de una ruta eficaz puede suponer un importante ahorro de combustible y de recursos.

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